208│Beatos Luis Beltrame Quattrocchi y María Corsini - 25 de noviembre - 2da temporada

Damos gracias a Dios por un día más de vida.

Un día más para poner al servicio del Señor, nuestro talento y para compartir nuestro amor en todo lo que somos y hacemos.

Vivir con la misma generosidad con la que Dios nos obsequia tantos bienes, nos llena de alegría y creatividad.

Sin darnos cuenta cuando hacemos todo desinteresadamente y buscando el bien, estamos viviendo como los santos

No es difícil: recordemos que Dios nos dio un corazón para vivir así, llenos de confianza y honestidad.

Así que sigamos aprendiendo estos valores de los santos que desde el cielo ruegan porque nos lluevan bendiciones en la tierra.

Recordemos a los bienaventurados, que se recuerdan, hoy, 25 de noviembre:

Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir; San Adelardo, abad; San Alano, religioso; San Dubricio, abad y obispo; San Erasmo, mártir; San García de Arlanza, abad;

San Gonzalo, obispo; San Márculo, obispo y mártir; San Maurino, mártir; San Mercurio, mártir; San Moisés, presbítero y mártir; San Pedro obispo y mártir;

San Pedro Yi Hoyong, catequista y mártir; San Riel, obispo; Santa Jucunda, virgen; Beata Beatriz de Ornacieux, virgen; Beata Isabel Achler, virgen;

Beatos Luis y María Beltrame Quattrocchi, esposos; Beato Jacinto Serrano López, religioso y mártir; Beato Nicolás Stenso, obispo; y el Beato Santiago Meseguer Burillo, religioso y mártir.

El catálogo divino nos bendice hoy con una hermosa historia de dos esposos beatos, de las pocas parejas que se han beatificados juntos y que nos dan un ejemplo realista y cercano de santidad.

Ellos son los esposos Luis y María Beltrame Quattrocchi.

Oremos al Señor para que las parejas encuentren su plenitud en su vocación de esposos y padres:

Señor Jesús, Tú llamaste a los Beatos Luis y María, esposos y padres según tu Corazón, a vivir día tras día, en el mundo actual, la gracia santificante del sacramento del matrimonio, ayudándose con el amor sincero a recorrer juntos el “camino angosto” pero luminoso de la santidad cristiana. Por Su intercesión fortalece y protege a los jóvenes matrimonios Hazlos fieles en el amor Y ábrelos al don divino de la vida. Amén.

La santidad en pareja es totalmente posible.

Si Dios es amor, ¿Cómo no va a ser la familia el mejor lugar para experimentar los más bellos valores del alma?

Decir familia es decir amor.

Los esposos que se aman y se respetan, que se colaboran y se perdonan, logran dejar la mejor enseñanza del amor de Dios.

Ser santo no es difícil. Ser santo es dejarse guiar por el verdadero amor.

Beatos Luis Beltrame y María Corsini,

Rueguen por nosotros.

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