195| San Simón - 30 de septiembre - Catálogo Divino - Quinta temporada (2025)

Bienvenidos al Catálogo Divino en este 30 de septiembre, último día del mes dedicado a la Sagrada Escritura.

San Pablo dice: lo he perdido todo con tal de ganar a Cristo… Esta ha sido la opción de los grandes santos, que descubriendo en Jesús el máximo tesoro, no temieron depreciar las cosas del mundo.

En este día, la Iglesia recuerda a un gran número de intercesores que han hecho una opción radical por Cristo.

Hacemos memoria de san Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia; San Antonino de Piacenza, mártir; Santos Urso y Víctor, mártires; San Gregorio "el Iluminador", obispo;

Santa Eusebia de Marsella, virgen; San Honorio de Cantorbery, obispo; san Simón, monje; San Amado de Nusco, obispo; San Ismidón de Die, obispo; san Francisco de Borja, presbítero;

Beata Felicia Meda, abadesa; Beato Juan Nicolás Cordier, presbítero y mártir y el Beato Federico Albert, presbítero.

Nuestro protagonista murió en Roma en brazos del Papa Gregorio VII, quien le hizo los mayores honores funerarios y mandó enterrarlo en el panteón papal.

Más tarde, el Papa Urbano II hizo colocar el siguiente epitafio en el sepulcro de nuestro santo:

"Del linaje de la sangre real de Francia, abrazó la pobreza y abandonó su patria y el siglo para amar a Dios, prefiriéndolo a todos los tesoros terrenos".

Se trata de San Simón, monje.

Pidamos la intercesión de este santo monje que supo mantener su corazón unido a Dios, mientras ejercía labores diplomáticas para restablecer la paz.

Padre Omnipotente y Eterno, que con tu divina providencia nos has dado en los santos un ejemplo de vida y un camino de salvación, te rogamos que, por la intercesión de tu santo servidor, San Simón monje, nos concedas la gracia de vivir como él, en una profunda unión contigo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Jesús no fue solo el mensajero de la paz, sino que él trajo la paz, él mismo produjo la paz.

Los santos, al acoger a Jesús en sus vidas se han convertido en mensajeros de Cristo, en mensajeros de paz.

Quien tiene a Dios en su corazón experimenta, que incluso en los momentos más difíciles de la vida, el don de la paz permanece en el interior.

San Simón, monje,

Ruega por nosotros.