Bienvenidos, queridos amigos del Catálogo divino.
Tenemos más historias cargadas de valentía y espiritualidad, donde los santos nos invitan a romper todos los esquemas y a confiarnos en las manos amorosas del Señor, que desea darnos toda su bendición.
Los santos vivieron alimentados por esta confianza y para ellos el sufrimiento se convertía en una ocasión más de demostrar todo su amor a Dios.
Confiar no es fácil, pero Dios es fiel y no deja abandonados a quienes confían en El.
Aprendamos de los santos que se celebran en este día 25 de junio, a confiar de todo corazón en el Señor.
Estos santos admirables son:
San Máximo, obispo; San Próspero de Aquitania, padre de familia y luego monje; San Próspero, obispo; Santa Tigris, virgen; San Moloc o Luano, obispo;
Santa Eurosia, virgen y mártir; San Adalberto, diácono y abad; San Salomón, mártir; san Guillermo, abad; beato Juan «Hispano», monje; beata Dorotea de Montau, viuda y reclusa;
Santos Domingo Henares, obispo religioso y Francisco Do Minh Chieu, mártires y el Beato Moisés Lira Serafín, presbítero religioso.
Desde México nos llega la impactante historia de un sacerdote que a partir de una intensa relación con el Espíritu Santo, dejó un valioso legado espiritual y una comunidad religiosa al servicio de la Iglesia llevando el estandarte de la bondad.
El es el Beato Moisés Lira Serafín.
Oremos pidiendo la poderosa intercesión de este beato:
Dios y Padre nuestro, que en el Beato Moisés Lira Serafín, presbítero Misionero del Espíritu Santo, nos has dado ejemplo de caridad en el servicio alegre a los pobres y lo constituiste apóstol del amor filial a ti y a la Madre de tu Hijo. Haz que imitándolo, amemos a Cristo como él lo amó y lo sirvamos en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Según el carisma de sus hijas espirituales, la palabra “Paz” es clave. Según la enseñanza del beato Moisés, “La paz es el fruto del Espíritu Santo cosechado por quien vive en plenitud el carisma de la filiación divina y la pequeñez espiritual. Por donde pasó, el padre Moisés Lira dejó el suave aroma de la Paz de Dios, mediante sus actos de bondad y caridad”.
Cristo vivió y murió por amor a nosotros para darnos el privilegio extraordinario de llamar con amor y propiedad a nuestro Dios: “Padre”
Estamos llamados a dejarnos amar y sanar las heridas, a dejarnos acompañar y proteger por Dios todopoderoso y misericordioso, que nos ha dado la vida para amarnos y recibir nuestro pequeño pero valioso amor.
Si pensamos más en el amor que Dios nos tiene, es más fácil vivir un camino de conversión y por qué no, de santidad.
Beato Moisés Lira Serafín,
Ruega por nosotros.