Es una gran bendición estar nuevamente con ustedes para compartir las maravillas de Dios.
Porque todo lo que nos sorprende de los santos, sus milagros y hechos extraordinarios ¡son obra de Dios!
Por eso, cada persona que es dócil a la acción divina puede ayudar al Señor en la evangelización a partir de su propia realidad, desde su estado de vida y con los talentos dados de lo alto.
Nos dejan sin aliento las historias de los mártires, que valientemente se mantuvieron unidos a la fe a costa de su propia vida
Nos llenan de esperanza y de ganas de eternidad, las historias de los bienaventurados que recibieron dones místicos y tuvieron la gracia de ver al Señor o a la Virgen Santísima.
Y qué decir de los taumaturgos que con su gran e increíble fe alcanzaron de Dios milagros inexplicables.
Pero nos dejan con mayor deseo de santidad, la vida de aquellas almas que, desde la sencillez de lo cotidiano, haciendo todo con amor y por amor, desde lo más sencillo y simple, se transforman en personas que expanden el reino de Dios
Vamos a dar paso a algunos de ellos, que desde lo sencillo y cotidiano alcanzaron la santidad y cuya memoria celebramos en este día, 23 de junio
Ellos son: Santos mártires de Nicomedia, Santa Ediltrude de Eli, abadesa; San Bilio de Dariórigo, obispo y mártir; Beato Lanfranco de Pavía, obispo y monje;
San Walhero, presbítero y mártir; Beata María de Oignies, esposa y mística beguina; Beato Pedro Jacobo de Pésaro, presbítero;
Santo Tomás Garnet, presbítero y mártir; San José Cafasso, presbítero y la Beata María Rafaela Cimatti, virgen.
Hoy compartiremos la historia de un beato que cumplió desde la humilde tarea de copista hasta el oficio de superior con grandes dotes espirituales e intelectuales al servicio del Señor.
Se trata del Beato Pedro Jacobo de Pésaro.
Pidamos al Beato Pedro Jacobo, o como se conoce en Italiano: Pietro Giacomo, que interceda por nosotros, para que desarrollemos un gusto por el estudio que nos lleva a conocer más al Señor.
Glorioso Beato Pedro Jacobo, fiel servidor de Dios y ejemplo de virtud, te pedimos que intercedas por nosotros ante nuestro Señor. En las dificultades que nos aquejan, te rogamos que nos ayudes a encontrar la solución y la paz. Obtén para nosotros la gracia de tener sed por conocer al Señor, para que podamos seguir tu ejemplo de fe y amor a Dios. Amén.
El conocimiento es una herramienta para avanzar hacia Dios y, no sólo el conocimiento académico, sino el conocimiento personal.
El que se conoce y reconoce su propia debilidad ante Dios, se deposita como barro dócil en las manos del alfarero para que Él obre.
Y, así Dios nos transforma en dadores de vida, de paz, de armonía, de comunión.
Por ello, dejemos que el Señor tome lo que somos con lo bueno y con lo no tan bueno
Para que Él transforme nuestras acciones en una bendición que desde lo sencillo comparta la revolución del amor.
Beato Pedro Jacobo de Pésaro,
Ruega por nosotros.