Un saludo fraterno a todos nuestros queridos amigos del Catálogo Divino, en este periodo en que nos estamos preparando para renovar en la Iglesia el día de Pentecostés.
Una de las grandes riquezas que llevaban en sus alforjas los Apóstoles, era su fe firme en la acción del Espíritu Santo.
Los primeros apóstoles al sentir al Espíritu Santo como una Persona viviente, podían decir, dirigiéndose al pueblo cristiano: “Nos ha parecido al Espíritu Santo y a nosotros”. Es decir, después de orar y consultar con el Paráclito, nos ha parecido bien hacer esto.
Y guiados por el Espíritu Santo, caminaron rumbo al cielo, los santos que hoy 2 de junio, recuerda la Iglesia.
Hacemos memoria de: Santos Marcelino y Pedro, mártires; San Dictino, obispo; San Erasmo de Formia, obispo y mártir; San Eugenio I, Papa;
San Guido de Acqui, Obispo; San Juan de Ortega, Presbítero; San Nicéforo de Constantinopla, Obispo; San Nicolás de Trani, Peregrino;
San Potino, Blandina y compañeros Mártires; Santo Domingo Ninh, Mártir y el Beato Sadoc y compañeros mártires.
Que por la intercesión de estos santos mártires, seamos llenos de todas las gracias que necesitamos para ser fieles a nuestra fe hasta el final.
San Potino y santos Mártires de Lyon, ejemplo de fidelidad, rueguen por nosotros ante el trono de la gracia; fortalezcan nuestra fe en tiempos de adversidad, y concédannos la perseverancia en la carrera de la vida cristiana.
Que vuestra valentía y sacrificio nos inspiren, a vivir con pasión y compromiso nuestra vocación, y a difundir el amor y la verdad de Jesús, hasta el último rincón de la tierra, sin cansancio ni temor. Amén.
Toda «la vida del hombre sobre la tierra es un combate», como dice el libro de Job 7,1: lucha contra sí mismo, lucha contra el mundo, lucha contra el demonio.
Todos los días de nuestra vida cotidiana tenemos que ser fuertes, con la fuerza de Dios. Y confiar como San Pablo, que dijo: “Todo lo puedo en Aquel que me fortalece”. Filipenses 4, 13. Así venceremos en todo combate como lo hicieron estos mártires.
Santos Potino, Blandina y compañeros mártires,
Rueguen por nosotros.