Hebreos 4:15 dice: “Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros”. Esto nos muestra que no servimos a un Dios indiferente a lo que nos sucede. Así que no tengas miedo de llevar tus preocupaciones a Dios.