
Conocer la Biblia a nivel académico no garantiza que sepamos escuchar la voz de Dios. Los fariseos dominaban las Escrituras, las memorizaban y las defendían con celo, pero Jesús los confrontó porque su corazón estaba lejos. En este episodio hablamos del peligro de conocer el corazón de Dios respecto a Su Palabra… sin conocer realmente a Dios. Cuando la Escritura se convierte en un sistema de estándares, cargas y reglas, deja de guiarnos a una relación viva con Cristo y comienza a producir distancia, culpa y ceguera espiritual.
Hoy el mismo patrón se repite. Somos salvos por fe, pero muchos intentan vivir la vida cristiana bajo el sistema del bien y del mal, reemplazando la relación con Cristo por normas, actividades y desempeño espiritual. Dios desea hablarnos en lo profundo de nuestro espíritu, nunca en contradicción con Su Palabra, sino confirmándola y llevándonos a una relación íntima, continua y real. La pregunta es inevitable: ¿estamos usando la Biblia para venir a Cristo… o para evitarlo?