En esta segunda parte seguimos explorando las implicaciones de haber comido del árbol prohibido.
Esta vez hablamos de cómo la corrupción afectó toda nuestra persona, cómo el sistema de bien y mal se volvió nuestra única referencia, y de la destitución de la gloria de Dios.
El problema que enfrentamos es mucho más grave de lo que pensamos...
¿Qué nos pasó después del Edén?