121 En las tripas de ArchiCAD, con Jorge Beneitez y Aitor Leceta

121 En las tripas de ArchiCAD, con Jorge Beneitez y Aitor Leceta

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Los señores de Autodesk tuvieron una brillante idea: Reunidos en sesión plenaria pensando cómo mejorar su software con la mínima inversión llegaron a la conclusión de que la mejor forma, y la más barata, de introducir las peticiones de la comunidad era… que lo hicieran los usuarios.

Así abrieron la API de Revit y un mundo de posibilidades apareció de la nada.

Mientras tanto, los señores de Graphisoft vivían en su burbuja indestructible con una API cerrada a cal y canto, para desesperación de sus fieles… hasta que llegaron unos bravos guerreros que tuvieron el valor para adentrarse en las tripas de Archicad.

¡Bienvenido al episodio 121 de BIMrras!

Graphisoft nunca ha sido muy partidario de dejarnos trastear con la API de Archicad. Tampoco es que esa API sea de fácil acceso, ya que está en lenguaje C++, increíblemente potente, pero para una élite de programadores. No es que la API estuviera cerrada a cal y canto, pero sólo era accesible a los desarrolladores y partners reconocidos por Graphisoft, y en general, se empleaba para el desarrollo de complejos addons producidos por no más de media docena de desarrolladores que se veían con fuerzas para meterse en las tripas de Archicad..

Detrás de esta decisión empresarial de Graphisoft subyace una de las causas por las que Revit se ha posicionado como el gran dominador del mercado. Autodesk tuvo la suficiente visión para reconocer el win-win que se produciría cuando se juntasen una API en un lenguaje usado por una gran comunidad de programadores como es C#, unido a una población de usuarios ávidos de implantar la última demanda de prestaciones para resolver ese problema propio o tener esa funcionalidad específica en su despacho. De ahí a una tienda de aplicaciones para Revit donde los pequeños addons suman miles, y que ha permitido a Revit superar sus muchas carencias a precio de saldo. En realidad, a Autodesk implementar mejoras le sale gratis. Lo hacen sus clientes por amor al arte.

Después de unos años de sostener una política empresarial que a todas luces se veía errónea, parecía que Graphisoft daba su brazo a torcer y permitía acceder de un modo limitado, eso sí, a la API de Archicad mediante un puente intermedio, Python, pero un puente, al fin y al cabo, que nos abre las puertas a entrar en las tripas de Archicad. Un lenguaje interpretado que tiene millones de desarrolladores capacitados. Pero pasado el tiempo se constata que ese movimiento fue un quiero y no puedo, a duras penas una justificación para decirnos a los usuarios “véis, ahí está lo que queríais, pero no lo usa nadie”. Sin publicidad, formación ni capacidades serias, el experimento estaba destinado al fracaso.

Pero de repente, los usuarios de Archicad recibimos una llamada en Twitter a participar en el desarrollo de un genuino y verdadero acceso a la API. Y para hacerlo más apetitoso, a través de programación visual con Grasshopper. Jorge Beneitez y sus mariachis se habían puesto manos a la obra y tocaban a rebato para que la comunidad haga lo que Graphisoft no quiere hacer. Así que nos hemos traído al mismísimo Jorge Beneitez y a uno de sus primeras espadas en este proyecto, Aitor Leceta, que ya estuvo con nosotros en el episodio 84 hablando de diseño generativo, para charlar del proyecto tAPIr y de las entrañas de Archicad.