En 1 Pedro 1:7, leemos: "Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo." Este versículo nos enseña que las pruebas no son castigos, sino oportunidades para refinar nuestra fe y prepararnos para la gloria eterna. En este devocional, reflexionaremos sobre el propósito de las pruebas, cómo moldean nuestra fe y cómo podemos enfrentar el sufrimiento con esperanza en Cristo.