En esta carta, Alejandro le cuenta a Mariana cómo una mañana de hace meses
decidimos declarar en público nuestro amor infinito a nuestro pueblo: ¡Comitán!, Comitán de las obleas, de los chimbos, de los tzisimes, de los papalotes, del comiteco, del maguey, del chicharrón de hebra, de
la lengua en pebre, de Rosario Castellanos, del cotz, ¡y mucho más!