El número de cataclismos aumenta cada día en el planeta. Hoy, como nunca antes, toda la comunidad civilizada debe unirse y encontrar una solución sobre cómo sobrevivir. Y nosotros, como humanidad, debemos al menos dar una razón. Si no lo hacemos, el mundo no cambiará. Y esta razón es nuestra disposición, nuestra comprensión y nuestro apoyo mutuo en la realidad de cada uno, nuestro deseo de sobrevivir. Si no tenemos aspiración a sobrevivir, si somos como los suicidas, díganme, ¿tendremos alguna posibilidad? Una pregunta sencilla. Con cada una de nuestras decisiones, añadimos peso a una u otra balanza. Pero esas balanzas representan la vida y la muerte de nuestros hijos, nuestro futuro y el futuro de toda la humanidad.