Ser "de sangre azul" es una condición que pocos tenemos; sólo aplican los monarcas y su descendencia. Hay sin embrago, una categoría superior a esta: ser hijos de Dios. Los creyentes por la fe en Cristo formamos parte de la familia de Dios y esta no puede ser comparada con ninguna otra en la Tierra. El evangelista Juan en 1:12 nos dice que "A los que le recibieron (a Jesús), los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". Esta es la puerta de entrada a la familia más distinguida y honorable sobre la faz de la tierra. En este episodio se habla sobre esta gran distinción que tienen los creyentes al ser escogidos como reyes y sacerdotes y parte de la corte celestial.
Escuche este episodio y fortalecerá su fe , confianza y amor por Dios asi como también levantará su autoestima al saber que forma parte de La familia de Dios.