El libro del Apocalipsis, el último del Nuevo Testamento, es una obra visionaria escrita por el apóstol Juan mientras estaba exiliado en la isla de Patmos. Es un texto cargado de simbolismos, profecías y descripciones apocalípticas, que revela la lucha entre el bien y el mal, culminando en la victoria de Dios y la redención de su pueblo. La narrativa comienza con cartas dirigidas a siete iglesias de Asia Menor, cada una con un mensaje de exhortación, corrección y promesa. A partir de ahí, Juan describe una serie de visiones que incluyen el trono celestial, la apertura de sellos por un Cordero sacrificial, el sonido de trompetas, y el desate de juicios sobre la humanidad, que representan el conflicto espiritual y la justicia divina.
El libro concluye con una visión gloriosa de la consumación del plan de Dios. Satanás y las fuerzas del mal son derrotados y lanzados al lago de fuego, mientras que los fieles reciben la recompensa de habitar en la Nueva Jerusalén, una ciudad celestial de indescriptible belleza. La obra enfatiza la soberanía de Dios, la fidelidad de Cristo como el Alfa y la Omega, y la esperanza de un futuro renovado para quienes perseveran en la fe.