[4] Tu cuello, como torre de marfil; Tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; Tu nariz, como la torre del Líbano, Que mira hacia Damasco.
[5] Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo; Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey Suspendida en los corredores.
[6] ¡Qué hermosa eres, y cuán suave, Oh amor deleitoso!
[7] Tu estatura es semejante a la palmera, Y tus pechos a los racimos.
[8] Yo dije: Subiré a la palmera, Asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como racimos de vid, Y el olor de tu boca como de manzanas,
[9] Y tu paladar como el buen vino, Que se entra a mi amado suavemente, Y hace hablar los labios de los viejos.
[10] Yo soy de mi amado, Y conmigo tiene su contentamiento.
[11] Ven, oh amado mío, salgamos al campo, Moremos en las aldeas.
[12] Levantémonos de mañana a las viñas; Veamos si brotan las vides, si están en cierne, Si han florecido los granados; Allí te daré mis amores.
[13] Las mandrágoras han dado olor, Y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, Nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.