< Salmos 80

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[1] Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece.
[2] Despierta tu poder delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, Y ven a salvarnos.
[3] Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
[4] Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo?
[5] Les diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia.
[6] Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí.
[7] Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
[8] Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste.
[9] Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra.
[10] Los montes fueron cubiertos de su sombra, Y con sus sarmientos los cedros de Dios.
[11] Extendió sus vástagos hasta el mar, Y hasta el río sus renuevos.
[12] ¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino?
[13] La destroza el puerco montés, Y la bestia del campo la devora.
[14] Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña,
[15] La planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste.
[16] Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro.
[17] Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste.
[18] Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre.
[19] ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.