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< Salmos
104
Listen to this chapter • 3 min
[1]
Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido; Te has vestido de gloria y de magnificencia.
[2]
El que se cubre de luz como de vestidura, Que extiende los cielos como una cortina,
[3]
Que establece sus aposentos entre las aguas, El que pone las nubes por su carroza, El que anda sobre las alas del viento;
[4]
El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros.
[5]
Él fundó la tierra sobre sus cimientos; No será jamás removida.
[6]
Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas.
[7]
A tu reprensión huyeron; Al sonido de tu trueno se apresuraron;
[8]
Subieron los montes, descendieron los valles, Al lugar que tú les fundaste.
[9]
Les pusiste término, el cual no traspasarán, Ni volverán a cubrir la tierra.
[10]
Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos; Van entre los montes;
[11]
Dan de beber a todas las bestias del campo; Mitigan su sed los asnos monteses.
[12]
A sus orillas habitan las aves de los cielos; Cantan entre las ramas.
[13]
Él riega los montes desde sus aposentos; Del fruto de sus obras se sacia la tierra.
[14]
Él hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre, Sacando el pan de la tierra,
[15]
Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que sustenta la vida del hombre.
[16]
Se llenan de savia los árboles de Jehová, Los cedros del Líbano que él plantó.
[17]
Allí anidan las aves; En las hayas hace su casa la cigüeña.
[18]
Los montes altos para las cabras monteses; Las peñas, madrigueras para los conejos.
[19]
Hizo la luna para los tiempos; El sol conoce su ocaso.
[20]
Pones las tinieblas, y es la noche; En ella corretean todas las bestias de la selva.
[21]
Los leoncillos rugen tras la presa, Y para buscar de Dios su comida.
[22]
Sale el sol, se recogen, Y se echan en sus cuevas.
[23]
Sale el hombre a su labor, Y a su labranza hasta la tarde.
[24]
¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios.
[25]
He allí el grande y anchuroso mar, En donde se mueven seres innumerables, Seres pequeños y grandes.
[26]
Allí andan las naves; Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él.
[27]
Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo.
[28]
Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien.
[29]
Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.
[30]
Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.
[31]
Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras.
[32]
Él mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los montes, y humean.
[33]
A Jehová cantaré en mi vida; A mi Dios cantaré salmos mientras viva.
[34]
Dulce será mi meditación en él; Yo me regocijaré en Jehová.
[35]
Sean consumidos de la tierra los pecadores, Y los impíos dejen de ser. Bendice, alma mía, a Jehová. Aleluya.
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