< Proverbios 26

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[1] Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega, Así no conviene al necio la honra.
[2] Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición nunca vendrá sin causa.
[3] El látigo para el caballo, el cabestro para el asno, Y la vara para la espalda del necio.
[4] Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él.
[5] Responde al necio como merece su necedad, Para que no se estime sabio en su propia opinión.
[6] Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que envía recado por mano de un necio.
[7] Las piernas del cojo penden inútiles; Así es el proverbio en la boca del necio.
[8] Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que da honra al necio.
[9] Espinas hincadas en mano del embriagado, Tal es el proverbio en la boca de los necios.
[10] Como arquero que a todos hiere, Es el que toma a sueldo insensatos y vagabundos.
[11] Como perro que vuelve a su vómito, Así es el necio que repite su necedad.
[12] ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él.
[13] Dice el perezoso: El león está en el camino; El león está en las calles.
[14] Como la puerta gira sobre sus quicios, Así el perezoso se vuelve en su cama.
[15] Mete el perezoso su mano en el plato; Se cansa de llevarla a su boca.
[16] En su propia opinión el perezoso es más sabio Que siete que sepan aconsejar.
[17] El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno Es como el que toma al perro por las orejas.
[18] Como el que enloquece, y echa llamas Y saetas y muerte,
[19] Tal es el hombre que engaña a su amigo, Y dice: Ciertamente lo hice por broma.
[20] Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
[21] El carbón para brasas, y la leña para el fuego; Y el hombre rencilloso para encender contienda.
[22] Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas.
[23] Como escoria de plata echada sobre el tiesto Son los labios lisonjeros y el corazón malo.
[24] El que odia disimula con sus labios; Mas en su interior maquina engaño.
[25] Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete abominaciones hay en su corazón.
[26] Aunque su odio se cubra con disimulo, Su maldad será descubierta en la congregación.
[27] El que cava foso caerá en él; Y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.
[28] La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, Y la boca lisonjera hace resbalar.