< Proverbios 25

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[1] También estos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá:
[2] Gloria de Dios es encubrir un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo.
[3] Para la altura de los cielos, y para la profundidad de la tierra, Y para el corazón de los reyes, no hay investigación.
[4] Quita las escorias de la plata, Y saldrá alhaja al fundidor.
[5] Aparta al impío de la presencia del rey, Y su trono se afirmará en justicia.
[6] No te alabes delante del rey, Ni estés en el lugar de los grandes;
[7] Porque mejor es que se te diga: Sube acá, Y no que seas humillado delante del príncipe A quien han mirado tus ojos.
[8] No entres apresuradamente en pleito, No sea que no sepas qué hacer al fin, Después que tu prójimo te haya avergonzado.
[9] Trata tu causa con tu compañero, Y no descubras el secreto a otro,
[10] No sea que te deshonre el que lo oyere, Y tu infamia no pueda repararse.
[11] Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.
[12] Como zarcillo de oro y joyel de oro fino Es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.
[13] Como frío de nieve en tiempo de la siega, Así es el mensajero fiel a los que lo envían, Pues al alma de su señor da refrigerio.
[14] Como nubes y vientos sin lluvia, Así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad.
[15] Con larga paciencia se aplaca el príncipe, Y la lengua blanda quebranta los huesos.
[16] ¿Hallaste miel? Come lo que te basta, No sea que hastiado de ella la vomites.
[17] Detén tu pie de la casa de tu vecino, No sea que hastiado de ti te aborrezca.
[18] Martillo y cuchillo y saeta aguda Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio.
[19] Como diente roto y pie descoyuntado Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.
[20] El que canta canciones al corazón afligido Es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre.
[21] Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua;
[22] Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará.
[23] El viento del norte ahuyenta la lluvia, Y el rostro airado la lengua detractora.
[24] Mejor es estar en un rincón del terrado, Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.
[25] Como el agua fría al alma sedienta, Así son las buenas nuevas de lejanas tierras.
[26] Como fuente turbia y manantial corrompido, Es el justo que cae delante del impío.
[27] Comer mucha miel no es bueno, Ni el buscar la propia gloria es gloria.
[28] Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.