< Proverbios 2

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[1] Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti,
[2] Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia,
[3] Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz;
[4] Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros,
[5] Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.
[6] Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
[7] Él provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente.
[8] Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos.
[9] Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino.
[10] Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma,
[11] La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia,
[12] Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades,
[13] Que dejan los caminos derechos, Para andar por sendas tenebrosas;
[14] Que se alegran haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio;
[15] Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos.
[16] Serás librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras,
[17] La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su Dios.
[18] Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, Y sus veredas hacia los muertos;
[19] Todos los que a ella se lleguen, no volverán, Ni seguirán otra vez los senderos de la vida.
[20] Así andarás por el camino de los buenos, Y seguirás las veredas de los justos;
[21] Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella,
[22] Mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados.