< Job 5

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[1] Ahora, pues, da voces; ¿habrá quien te responda? ¿Y a cuál de los santos te volverás?
[2] Es cierto que al necio lo mata la ira, Y al codicioso lo consume la envidia.
[3] Yo he visto al necio que echaba raíces, Y en la misma hora maldije su habitación.
[4] Sus hijos estarán lejos de la seguridad; En la puerta serán quebrantados, Y no habrá quién los libre.
[5] Su mies comerán los hambrientos, Y la sacarán de entre los espinos, Y los sedientos beberán su hacienda.
[6] Porque la aflicción no sale del polvo, Ni la molestia brota de la tierra.
[7] Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción.
[8] Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendaría a él mi causa;
[9] El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número;
[10] Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, Y envía las aguas sobre los campos;
[11] Que pone a los humildes en altura, Y a los enlutados levanta a seguridad;
[12] Que frustra los pensamientos de los astutos, Para que sus manos no hagan nada;
[13] Que prende a los sabios en la astucia de ellos, Y frustra los designios de los perversos.
[14] De día tropiezan con tinieblas, Y a mediodía andan a tientas como de noche.
[15] Así libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, Y de la mano violenta;
[16] Pues es esperanza al menesteroso, Y la iniquidad cerrará su boca.
[17] He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
[18] Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; Él hiere, y sus manos curan.
[19] En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal.
[20] En el hambre te salvará de la muerte, Y del poder de la espada en la guerra.
[21] Del azote de la lengua serás encubierto; No temerás la destrucción cuando viniere.
[22] De la destrucción y del hambre te reirás, Y no temerás de las fieras del campo;
[23] Pues aun con las piedras del campo tendrás tu pacto, Y las fieras del campo estarán en paz contigo.
[24] Sabrás que hay paz en tu tienda; Visitarás tu morada, y nada te faltará.
[25] Asimismo echarás de ver que tu descendencia es mucha, Y tu prole como la hierba de la tierra.
[26] Vendrás en la vejez a la sepultura, Como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo.
[27] He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así; Óyelo, y conócelo tú para tu provecho.