< Job 21

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[1] Entonces respondió Job, y dijo:
[2] Oíd atentamente mi palabra, Y sea esto el consuelo que me deis.
[3] Toleradme, y yo hablaré; Y después que haya hablado, escarneced.
[4] ¿Acaso me quejo yo de algún hombre? ¿Y por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
[5] Miradme, y espantaos, Y poned la mano sobre la boca.
[6] Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, Y el temblor estremece mi carne.
[7] ¿Por qué viven los impíos, Y se envejecen, y aun crecen en riquezas?
[8] Su descendencia se robustece a su vista, Y sus renuevos están delante de sus ojos.
[9] Sus casas están a salvo de temor, Ni viene azote de Dios sobre ellos.
[10] Sus toros engendran, y no fallan; Paren sus vacas, y no malogran su cría.
[11] Salen sus pequeñuelos como manada, Y sus hijos andan saltando.
[12] Al son de tamboril y de cítara saltan, Y se regocijan al son de la flauta.
[13] Pasan sus días en prosperidad, Y en paz descienden al Seol.
[14] Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros, Porque no queremos el conocimiento de tus caminos.
[15] ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él?
[16] He aquí que su bien no está en mano de ellos; El consejo de los impíos lejos esté de mí.
[17] ¡Oh, cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, Y viene sobre ellos su quebranto, Y Dios en su ira les reparte dolores!
[18] Serán como la paja delante del viento, Y como el tamo que arrebata el torbellino.
[19] Dios guardará para los hijos de ellos su violencia; Le dará su pago, para que conozca.
[20] Verán sus ojos su quebranto, Y beberá de la ira del Todopoderoso.
[21] Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí, Siendo cortado el número de sus meses?
[22] ¿Enseñará alguien a Dios sabiduría, Juzgando él a los que están elevados?
[23] Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico;
[24] Sus vasijas estarán llenas de leche, Y sus huesos serán regados de tuétano.
[25] Y este otro morirá en amargura de ánimo, Y sin haber comido jamás con gusto.
[26] Igualmente yacerán ellos en el polvo, Y gusanos los cubrirán.
[27] He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, Y las imaginaciones que contra mí forjáis.
[28] Porque decís: ¿Qué hay de la casa del príncipe, Y qué de la tienda de las moradas de los impíos?
[29] ¿No habéis preguntado a los que pasan por los caminos, Y no habéis conocido su respuesta,
[30] Que el malo es preservado en el día de la destrucción? Guardado será en el día de la ira.
[31] ¿Quién le denunciará en su cara su camino? Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?
[32] Porque llevado será a los sepulcros, Y sobre su túmulo estarán velando.
[33] Los terrones del valle le serán dulces; Tras de él será llevado todo hombre, Y antes de él han ido innumerables.
[34] ¿Cómo, pues, me consoláis en vano, Viniendo a parar vuestras respuestas en falacia?