< Job 20

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[1] Respondió Zofar naamatita, y dijo:
[2] Por cierto mis pensamientos me hacen responder, Y por tanto me apresuro.
[3] La reprensión de mi censura he oído, Y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.
[4] ¿No sabes esto, que así fue siempre, Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
[5] Que la alegría de los malos es breve, Y el gozo del impío por un momento?
[6] Aunque subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza tocare en las nubes,
[7] Como su estiércol, perecerá para siempre; Los que le hubieren visto dirán: ¿Qué hay de él?
[8] Como sueño volará, y no será hallado, Y se disipará como visión nocturna.
[9] El ojo que le veía, nunca más le verá, Ni su lugar le conocerá más.
[10] Sus hijos solicitarán el favor de los pobres, Y sus manos devolverán lo que él robó.
[11] Sus huesos están llenos de su juventud, Mas con él en el polvo yacerán.
[12] Si el mal se endulzó en su boca, Si lo ocultaba debajo de su lengua,
[13] Si le parecía bien, y no lo dejaba, Sino que lo detenía en su paladar;
[14] Su comida se mudará en sus entrañas; Hiel de áspides será dentro de él.
[15] Devoró riquezas, pero las vomitará; De su vientre las sacará Dios.
[16] Veneno de áspides chupará; Lo matará lengua de víbora.
[17] No verá los arroyos, los ríos, Los torrentes de miel y de leche.
[18] Restituirá el trabajo conforme a los bienes que tomó, Y no los tragará ni gozará.
[19] Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres, Robó casas, y no las edificó;
[20] Por tanto, no tendrá sosiego en su vientre, Ni salvará nada de lo que codiciaba.
[21] No quedó nada que no comiese; Por tanto, su bienestar no será duradero.
[22] En el colmo de su abundancia padecerá estrechez; La mano de todos los malvados vendrá sobre él.
[23] Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el ardor de su ira, Y la hará llover sobre él y sobre su comida.
[24] Huirá de las armas de hierro, Y el arco de bronce le atravesará.
[25] La saeta le traspasará y saldrá de su cuerpo, Y la punta relumbrante saldrá por su hiel; Sobre él vendrán terrores.
[26] Todas las tinieblas están reservadas para sus tesoros; Fuego no atizado los consumirá; Devorará lo que quede en su tienda.
[27] Los cielos descubrirán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él.
[28] Los renuevos de su casa serán transportados; Serán esparcidos en el día de su furor.
[29] Esta es la porción que Dios prepara al hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra.