< Salmos 104

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[1] Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido; Te has vestido de gloria y de magnificencia.
[2] El que se cubre de luz como de vestidura, Que extiende los cielos como una cortina,
[3] Que establece sus aposentos entre las aguas, El que pone las nubes por su carroza, El que anda sobre las alas del viento;
[4] El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros.
[5] Él fundó la tierra sobre sus cimientos; No será jamás removida.
[6] Con el abismo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban las aguas.
[7] A tu reprensión huyeron; Al sonido de tu trueno se apresuraron;
[8] Subieron los montes, descendieron los valles, Al lugar que tú les fundaste.
[9] Les pusiste término, el cual no traspasarán, Ni volverán a cubrir la tierra.
[10] Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos; Van entre los montes;
[11] Dan de beber a todas las bestias del campo; Mitigan su sed los asnos monteses.
[12] A sus orillas habitan las aves de los cielos; Cantan entre las ramas.
[13] Él riega los montes desde sus aposentos; Del fruto de sus obras se sacia la tierra.
[14] Él hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre, Sacando el pan de la tierra,
[15] Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que sustenta la vida del hombre.
[16] Se llenan de savia los árboles de Jehová, Los cedros del Líbano que él plantó.
[17] Allí anidan las aves; En las hayas hace su casa la cigüeña.
[18] Los montes altos para las cabras monteses; Las peñas, madrigueras para los conejos.
[19] Hizo la luna para los tiempos; El sol conoce su ocaso.
[20] Pones las tinieblas, y es la noche; En ella corretean todas las bestias de la selva.
[21] Los leoncillos rugen tras la presa, Y para buscar de Dios su comida.
[22] Sale el sol, se recogen, Y se echan en sus cuevas.
[23] Sale el hombre a su labor, Y a su labranza hasta la tarde.
[24] ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios.
[25] He allí el grande y anchuroso mar, En donde se mueven seres innumerables, Seres pequeños y grandes.
[26] Allí andan las naves; Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él.
[27] Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo.
[28] Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien.
[29] Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.
[30] Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.
[31] Sea la gloria de Jehová para siempre; Alégrese Jehová en sus obras.
[32] Él mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los montes, y humean.
[33] A Jehová cantaré en mi vida; A mi Dios cantaré salmos mientras viva.
[34] Dulce será mi meditación en él; Yo me regocijaré en Jehová.
[35] Sean consumidos de la tierra los pecadores, Y los impíos dejen de ser. Bendice, alma mía, a Jehová. Aleluya.