< Isaías 32

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[1] He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio.
[2] Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.
[3] No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos.
[4] Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente.
[5] El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido.
[6] Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.
[7] Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre.
[8] Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.
[9] Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón.
[10] De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá.
[11] Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio.
[12] Golpeándose el pecho lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.
[13] Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría.
[14] Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada;
[15] hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.
[16] Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia.
[17] Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.
[18] Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.
[19] Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida.
[20] Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey y al asno.