< Isaías 10

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[1] ¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía,
[2] para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos!
[3] ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria?
[4] Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.
[5] Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira.
[6] Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.
[7] Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas.
[8] Porque él dice: Mis príncipes, ¿no son todos reyes?
[9] ¿No es Calno como Carquemis, Hamat como Arfad, y Samaria como Damasco?
[10] Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que las de Jerusalén y de Samaria;
[11] como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?
[12] Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos.
[13] Porque dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y con mi sabiduría, porque he sido prudente; quité los territorios de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes a los que estaban sentados;
[14] y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, ni abriese boca y graznase.
[15] ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el báculo levantase al que lo levanta; como si levantase la vara al que no es leño!
[16] Por esto el Señor, Jehová de los ejércitos, enviará debilidad sobre sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como ardor de fuego.
[17] Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.
[18] La gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá totalmente, alma y cuerpo, y vendrá a ser como abanderado en derrota.
[19] Y los árboles que queden en su bosque serán en número que un niño los pueda contar.
[20] Acontecerá en aquel tiempo, que los que hayan quedado de Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán con verdad en Jehová, el Santo de Israel.
[21] El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte.
[22] Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.
[23] Pues el Señor, Jehová de los ejércitos, hará consumación ya determinada en medio de la tierra.
[24] Por tanto el Señor, Jehová de los ejércitos, dice así: Pueblo mío, morador de Sion, no temas de Asiria. Con vara te herirá, y contra ti alzará su palo, a la manera de Egipto;
[25] mas de aquí a muy poco tiempo se acabará mi furor y mi enojo, para destrucción de ellos.
[26] Y levantará Jehová de los ejércitos azote contra él como la matanza de Madián en la peña de Oreb, y alzará su vara sobre el mar como hizo por la vía de Egipto.
[27] Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.
[28] Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su ejército.
[29] Pasaron el vado; se alojaron en Geba; Ramá tembló; Gabaa de Saúl huyó.
[30] Grita en alta voz, hija de Galim; haz que se oiga hacia Lais, pobrecilla Anatot.
[31] Madmena se alborotó; los moradores de Gebim huyen.
[32] Aún vendrá día cuando reposará en Nob; alzará su mano al monte de la hija de Sion, al collado de Jerusalén.
[33] He aquí el Señor, Jehová de los ejércitos, desgajará el ramaje con violencia, y los árboles de gran altura serán cortados, y los altos serán humillados.
[34] Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá con estruendo.