< 2 Timoteo 1

Listen to this chapter • 2 min
[1] Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús,
[2] a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor.
[3] Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;
[4] deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo;
[5] trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.
[6] Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.
[7] Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
[8] Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
[9] quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
[10] pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
[11] del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.
[12] Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
[13] Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.
[14] Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.
[15] Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes.
[16] Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas,
[17] sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló.
[18] Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Éfeso, tú lo sabes mejor.