El Libro Segundo de Crónicas

2 Crónicas continúa la historia desde Salomón hasta el exilio en Babilonia. Detalla el reinado de Salomón, en particular la construcción y dedicación del Templo en Jerusalén, presentándolo como el lugar central de adoración.

El libro luego sigue a los gobernantes de Judá (ignorando el reino del norte de Israel), centrándose en los reyes que obedecieron o descuidaron las leyes divinas. Reyes como Ezequías y Josías lideran reformas religiosas, mientras que otros, como Manasés, abrazan la idolatría, trayendo el desastre sobre la nación.

Finalmente, la persistente desobediencia de Judá resulta en su destrucción por Babilonia en el 586 a.C., con la quema del Templo y el exilio del pueblo. Sin embargo, el libro termina con una nota esperanzadora cuando el rey Ciro de Persia permite que los judíos regresen y reconstruyan.

2 Crónicas refuerza el tema de la justicia divina, enfatizando que la prosperidad nacional depende de la fidelidad espiritual.