Nos encontramos ante la obligación existencial de alcanzar la “Felicidad”.
La Tiranía del “Wellness” (bienestar) nos exige alcanzar la plenitud y al mismo tiempo nos juzga cuando no somos optimistas.
Dentro de esta construcción ideológica la infelicidad, por tanto, es “una opción”, es una falta de actitud, es no “vibrar alto.”
¿Cómo podemos desde la naturaleza de las cosas (cambiantes, sin moralejas, sin maquillaje) encarar las dificultades propias de la existencia de una forma más auténtica y saludable?